12/11/11

Danza de mascaras - Inicio

Esta semana no tengo muchas ganas de escribir y da la casualidad de que no he puesto en este blog los primeros relatos que escribí de esta novela hace ya un tiempo, los había colgado en un foro de literatura y bueno, es un poco ilógico que no estén en mi blog así que aquí se los dejo, quiza algunos habran notado que -por ejemplo- en un relato se habla de Evan regresando a Valiana, aqui se explica a donde habia ido en primer lugar y tambien un poco mas sobre la Grieta, un lugar fundamental en la mitologia de esta historia

Es algo largo en comparacion a las entradas habituales asi que tomense su tiempo






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La manada cerraba el camino, se habían adelantado corriendo a través del bosque y ahora bloqueaban el paso, Kelmar y Demian sabían que andaban tras el cargamento, también sabían que las flechas no servirían de mucho pero aun así alzaron sus ballestas y dispararon, dos de los darfels cayeron chillando de dolor, pero los demás los ignoraron y se acercaron pasando por encima de sus cuerpos, las criaturas podían ser entupidas, pero comprendían la superioridad numérica y que el único modo de salir era a través de ellos, eufóricos por la matanza próxima y por la recompensa comenzaron a aullar, el grito de la manada resonó en las enormes y lisas paredes del acantilado, a la derecha la garganta parecía interminable, el ultimo puente estaba a una hora de viaje y pasar a través de la manada quedaba descartado, se lanzarían sobre el cargamento en cuanto los tuvieran a mano, para agravar la situación no sabían si había mas de ellos ocultos en el bosque
Demian tomó uno de los paquetes y lo desenvolvió a toda prisa
- ¿Qué vas ha hacer?
- Si hay más ocultos saldrán con esto
- ¿Y luego que? Ya sabes como se ponen cuando están tocados
- Si eso pasa ya veremos entonces, por lo pronto quiero hacer una salida
Demian lanzó el paquete a la orilla de la manada, tan cerca de los árboles como le fue posible, los darfels se  abalanzaron sobre el y comenzaron a forcejear deseando ser los primeros en probarlo, los demás salieron aullando y comenzaron a pelear por el paquete tal y como Demian había previsto, el polvo se levantó mientras forcejeaban, Demian sabia lo ansiosos que estaban así que les lanzo otros dos, pero aun envueltos en tela y sujetos con un complicado nudo, los darfels se lanzaron sobre ellos y dejaron de ponerles atención, ya se enfadarían al notar que estaban vacíos pero de momento no les prestaban atención
Kelmar le lanzo a su compañero una mirada de asentimiento y arreó a los caballos, estos, anteriormente entrenados para la guerra corrieron rápidos y sin asustarse, sin relinchar siquiera para no llamar la atención de la manada
Los darfels que habían probado los paquetes estaban tirados deleitándose en su delirio, pero algunos de los que se quedaron sin nada notaron a la carreta que pasaba veloz a su lado y comenzaron a perseguirla, los tripulantes sacaron botellas de vidrio llenas de liquido y tapadas con trapos que Demian encendió con un soplo de magia, las bombas cayeron frente a ellos y el fuego se expandió en todas direcciones bloqueándoles el paso, aun así hubieran cruzado el fuego para aventurarse por un poco del cargamento, pero los gritos de los que se quemaban los convencieron de volver con la manada

- ¡Pasamos Kel! ¡Pasamos! – dijo Demian lleno de regocijo- solo otro día y llegamos a la ciudad
- Te emocionas demasiado por un montón de criaturas, sobre todo considerando que podrías barrerlos con un movimiento de tu muñeca ¿o si no para que demonios esta la magia?
- Te lo he dicho muchas veces Kel, si la uso demasiado las sacerdotisas vendrán por mi ¿y donde podrías encontrar a alguien tan carismático e inteligente como yo?
- Pues tal vez ahí enfrente – le respondió mientras bajaba el catalejo- otra manada de criaturas, algunos llevan un halcón rojo, son del clan Ather
- Ather… -murmuro Demian pensativo- son el clan más fuerte y numeroso, por no mencionar el más inteligente, será difícil abrirnos paso, pero quizás podamos llegar a un acuerdo
La manada de Atheres los estaba esperando al final del camino, a diferencia del clan darfel los Atheres eran inteligentes, salvajes si, agresivos y en ocasiones tan estúpidos como cualquier criatura, pero estaban haciendo una civilización, entre todas las manadas ellos habían comenzado a usar ropas cosidas en lugar de simples taparrabos, también parecían tener jerarquía e incluso unas rudimentarias chozas, desde que la grieta se abrió y engullo a varios pueblos ellos habían prosperado y eso los había hecho conocidos y temidos mas que cualquier otro clan de criaturas, los habían esperado en la salida de la Grieta, justo en la bajada final, la mas estrecha de todas, si querían huir tendrían que ir cuesta arriba y algunos de ellos tenían arcos para atacar si trataban de regresar por donde llegaron, con la agudeza de sus sentidos Demian pudo escuchar sonidos guturales sobre ellos, provenientes del bosque, miembros ocultos entre las ramas listos para caer sobre ellos, si, eran considerablemente mas inteligentes
Demian levanto un panel oculto en la base de la carreta, el contenido provenía directamente de la Franja de Hierro y había costado lo suyo, pero cualquier cosa seria poco si con eso salía vivo, vivo y entero
-          A mi señal - explico Demian- les lanzas esto
-          ¿Qué es? –pregunto Kelmar mientras trataba de levantarlo- ¡Esto pesa mas que un barril lleno de vino!
-          Es un regalo de mis contactos en la franja, si llegamos a usarlo recuérdame llevar algo de seda para agradecérselos
-          Y seguramente obtener otro ¿no?
-          Ya sabes que mi amabilidad no es gratuita
-          Los tenemos a cien pasos, ¿lo lanzo así nada más?
-          No, primero le quitas esta argolla –le dijo mientras levantaba un aro metálico clavado en el centro de la bola aparentemente hecha de hierro- tienes que tirar con fuerza
Se detuvieron a cincuenta pasos de la comitiva Atheres, Demian levantó un trozo de tela blanca por encima de su cabeza y lo agito al tiempo que bajaba, un sujeto muy alto y exageradamente musculoso salio de la manada, sus brazos descubiertos relucían con el sol, probablemente los tenia engrasados para las peleas cuerpo a cuerpo, en lugar de armadura llevaba pieles de animales tachonados de púas y un halcón rojo grabado en todo su pecho y abdomen, las cicatrices blandas de la marca hecha con cuchillos denotaba su reciente ascensión al poder, detrás de él se acerco un hombre delgado y andrajoso, con una barba de varios meses que caminaba encorvado y sumiso, sin levantar la mirada
Demian lucia achaparrado solo debido a la estatura de la criatura, pero su mirada denotaba calma, ya antes se había enfrentado a seres terribles, tan peligrosos que una criatura como esa no significaba nada… al menos no para su magia, pero con un Ojo de Piedra rastreándolos tenia que guardar las apariencias, al menos hasta que llegara el momento, si al menos lo hubieran emboscado mas adentro de la Grieta y no a la salida, pero ahora lo que servia no era pensar en ello sino en lo que tenia enfrente, su aspecto había cambiado en muchas ocasiones y después de su estancia en la Franja de Hierro vestía pantalones negros, despintados y vueltos a oscurecer por el hollín, una chaqueta del mismo color, también de tela recia y una capa a juego, ligeramente desgastada en los bordes, pero aun lo bastante buena para ocultar su particular tejido, así como las marcas negras que alcanzaban a salir de su cuello, colgando del cinto llevaba un par de dagas, algunas mas ocultas en las botas y las mangas, pero al andar solo podía verse su espada de funda cobriza, de diseño simple pero de un extraordinario material oculto bajo las líneas de la funda y su broche en forma de lobo
Cuando estuvieron cara a cara el gigantón hablo lentamente, pero Demian solo pudo entender gruñidos y monosílabos
- Grooooerkk mahhntre conn.. salger ¡Ner huer!
El hombre delgado hablo rápidamente, quizá temiendo ser castigado en cualquier momento
- El gran Salger ordena que entregues lo que llevas justo ahora
- Demmar… traenkar dooo muger ¡Ner Doer!
Y si lo haces te dejara irte con vida
- ¡Gro huer! –grito nuevamente Salger mientras movía los brazos y agitaba los puños, probablemente en una exhibición de fuerza, Demian solo se quedo mirándolo y Salger enfureció
-¡Ner huer!- grito otra vez Salger al tiempo que golpeaba al hombre
-¡Entrégaselo! ¡hazlo ya!- grito mientras se dejaba caer- ¡me golpeara si no se lo entregas!  ¡Gro huer ghraa Salger! ¡Gro huer! –le respondió angustiado al gigantón- ¡Dáselo antes de que me mate!
Demian tanteo el mango de su arma, desde fuera y por el aspecto de la vaina parecía una espada, y si se sacaba de forma normal saldría una hoja afilada,  pero ese había sido otra de sus adquisiciones en la Franja y como tantas cosas provenientes de ahí también tenia sus trucos, pero lo primero era calmar a Salger que ya movía su hacha, así que saco la espada y con cuidado la coloco en el suelo mientras mantenía la vista baja, se movió hacia la derecha para alejarse del arma, Salger se relajo ante la muestra de sumisión y volvió a levantar el hacha, pero esta vez para lanzar un grito que fue coreado por su manada
Mientras los Atheres estaba distraídos Demian separo el broche con forma de lobo que adornaba la funda metálica, el mecanismo interno se activo y la propia vaina se separo en cuatro partes, cada una un trozo de metal afilado, con otro movimiento las piezas se ensamblaron formando una delgada lanza con la que desde esa posición no tuvo problemas en atravesar el corazón del gigante
El traductor se quedó pasmado ¡matarlo había sido tan fácil! De haber sabido que seria así el mismo lo habría hecho hacia meses, sin importar si lo a él lo mataban después de eso
La manada también estaba incrédula, había sido tan rápido y ni siquiera habían oído gritos, no creyeron que Salger había muerto hasta que el traductor comenzó a patearlo y  vieron que este no respondía
Demian levanto la mano, Kelmar le quito la argolla al objeto
- ¡Llévame contigo! –le  suplico el traductor- ¡sácame de aquí y haré lo que quieras! ¡lo que quieras!
Demian permanecía tranquilo, impasible, en esas situaciones lo mejor siempre era estar calmado
- ¿Conoces la ciudad? –le pregunto mientras señalaba hacia el camino
- Vivía en la zona de los comerciantes, en el barrio blanco ¡Tú también llevas una carga! ¡te conseguiré una bodega! ¡se quien da los mejores precios!
- Me lo pensare –respondió Demian, que movió rápidamente la lanza para quitarle la sangre, después doblo el mango y las puntas volvieron a ensamblarse como una vaina, la aseguro poniendo el broche en su lugar y enfundo su espada, extendió la mano derecha a la altura del pecho y Kelmar soltó el objeto, el cual se fue rodando cuesta abajo hacia la manada, quienes ya se lanzaban contra ellos, Demian saco otra botella encendida y la lanzo sobre el objeto, el vidrio reventó y el fuego envolvió el arma, la manada rodeo eso que consideraron una piedra ardiente y Demian se lanzo al suelo, cubriéndose a si mismo y al hombre con su capa
Y escucharon el sonido de un trueno

La explosión fue inmediata, los trozos de metal provenientes de la granada destrozaron a los miembros de la manada, brazos, piernas y cabezas aparecían sueltas por todos lados, Demian había sentido el impacto de algo en su capa, pero los hilos de metal que la reforzaban los habían protegido, el resto de la manada había huido frente al sonido y la destrucción
- ¿Y que dijeron los Atheres? – dijo Kelmar sonriente
                - Dicen que podemos pasar, mira, incluso me dejan un traductor para que aprendamos su lengua
                - ¿Cómo te llamas? –pregunto otra vez Kelmar mientras le lanzaba una mirada suspicaz a Demian
                - Soy Josef, comerciante del barrio blanco
                - Ha prometido ayudarnos a encontrar un buen cliente
                - Entonces supongo que esta bien
Kelmar arreo a los caballos y al pasar sobre los cadáveres se alegro de haber cambiado las ruedas de su carreta por otras de metal y cubiertas de pequeños picos, ideales para evitar el derrape aun yendo sobre liquidos y cadáveres
               
Esa noche acamparon temprano a las orillas del río, Josef parecía muy interesado en el fogón alimentado con aceite que Kelmar había comprado en la Franja, este por su parte tenía mas interés en preparar la cena, es decir, sacar carne salada y alimentos en conserva
- ¿Qué es esto? –pregunto Josef mientras observaba la fruta en el vidrio
- Duraznos en almíbar
- ¿Y esto?
                - Verduras en vinagre
                - Son alimentos extraños pero saben bastante bien –le dijo Demian mientras sacaba un pepinillo del frasco y se lo llevaba a la boca-  además duran varios meses en buen estado, anda, come lo que quieras, tenemos la carreta llena de estas cosas
                - ¿Esto es su carga? –pregunto Josef algo incrédulo- ¿han venido hasta aquí para traer verduras?
                - ¿Crees que no se venderán bien? – le pregunto Kelmar fingiendo interés en la pregunta- hay reyes que pagan fortunas para beber agua de manantiales exóticos que no tienen mas merito que estar muy lejos
                - Y esto es autentica comida de la Franja
                - Bueno, si, creo que tienen razón, pero me parece algo arriesgado ¿ya han vendido cargamentos de esto?
                - No –le dijo Demian- pero si esto no se llega a vender tenemos una comida aun más exótica
                - ¿Qué es? –pregunto Josef, ahora verdaderamente interesado- ¿alguna clase de planta medicinal?
                - Pescado
                - ¿Pescado seco? ¡¿Pasaron el camino de las Grietas para traer pescado?!
                - No esta seco Josef –le corrigió Kelmar- es autentico pescado fresco traído desde la Franja y conservado en aceite
                - ¡Pero eso esta a semanas de viaje! ¿realmente esta tan fresco?
                - Compruébalo por ti mismo –le dijo demian mientras le tendía un frasco con una altura de dos manos, Josef lo tomo y se quedo ahí, admirando la tapa metalica y circular sin saber que hacer
                - ¿Cómo se abre esto?
                - Solo gíralo así –le respondió Demian- con fuerza
La tapa salio con facilidad, sin duda los frascos también venían desde el mismo lugar, si, algunos nobles pagarían muy bien por algo tan exótico
                - Anda, pruébalo
                - ¿De verdad puedo? Seguramente esto vale bastante
                - ¡Pero si tenemos la carreta llena! además estamos celebrando tu libertad y nuestra llegada, podemos permitirnos estas cosas al menos por una noche
Josef probo la carne, el sabor era… era… único
                - Realmente esta bueno –dijo mientras se lo pasaba a Demian, quien se lo pidió extendiendo la mano, cuando lo tuvo vació el contenido en una cacerola de metal que puso sobre el fogón
                - Dinos Josef –comenzó Kelmar- ¿Qué harás cuando regreses a la ciudad?
                - Estuve varios meses entre las criaturas y supongo que mi esposa ya se ha vuelto a casar, no la culpo, después de todo mi madre también perdió a su primer esposo en la Grieta, supongo que me toca ir a reclamar lo que pueda entre mis antiguas posesiones, si es que queda algo que no se hayan llevado mis herederos y mis acreedores
                - ¿Entonces tienes mas familia además de tu esposa?
                - Un par de primos que esperaban mi muerte hace tiempo, y pensándolo mejor a estas alturas ya deben haber vendido mi casa y gastado el dinero
                - O sea que quizás ya no hay nada para ti en esa ciudad –le dijo Kelmar- me parece que lo estas llevando bastante bien
                - ¿Esperaban otra cosa? Estuve seis meses atrapado con las criaturas, esto para mi es el paraíso, por cierto ¿puedo ir con ustedes? No me importa que hagan o adonde vayan, tampoco me importa si es arriesgado, me salvaron y tienen mi gratitud
                Kelmar volvió a mirar a Demian con ese aire suspicaz, pero él le hizo un gesto con la mano
                - ¿Estas seguro? ¿Confias en el?–pregunto Kelmar en voz alta
                - No, pero de verdad creo que no le importa lo que hagamos
- Ven con nosotros Josef, tenemos algo que mostrarte

Josef se quedo pasmado, la carreta tenia una gran cantidad de conservas tal y como le habían dicho, pero en medio de ellas había una caja llena de paquetes envueltos en tela y cuidadosamente atados… paquetes de droga
                - Ustedes son… ¿narcotraficantes?
                - Si Josef –respondió Demian- nadie cruza una Grieta para llevar verduras

Los conocimientos de Josef estaban atrasados por seis meses, pero aun asi fueron bastante útiles, sus amigos se alegraron bastante al verlo y le ofrecieron un lugar en sus propios negocios, Demian sabia que eligió bien al hacerlo participe de la carga ya que de inmediato les encontró una bodega discreta en la cual guardarlo todo hasta que tuvieran a un buen contacto
                - ¿En que piensas cariño?
                - Solo divagaba Amy
                - Pues divaga conmigo querido- Amidia recorrió la cama hasta llegar bajo su cadera y empezó a lamer, la tarde había acabado y Demian fue de inmediato a un lugar que apenas había frecuentado, pero había encontrado a la mujer en muchas ocasiones y había disfrutado de sus servicios, así que cuando la volvía a ver ella siempre le dejaba alguna indicación de su itinerario, nada como una cara conocida en un lugar extraño
                - Dicen que el tiempo las hace mejores con la boca, y por la cara de Demian definitivamente es cierto –les dijo una voz desde la puerta, la recién entrada era una muchacha de unos catorce años, de figura delgada en pleno desarrollo y vestida con una blusa ceñida, una falda corta y una túnica de sobretodo ocultando su provocador aspecto, Demian recordaba haberla visto en muchas otras ocasiones mientras crecía, incluso había ayudado a mantenerla cuando nació y Amidia no podía trabajar, era pues, casi una sobrina, una que había crecido y seguía los pasos de su madre
                - Hola Lily –saludo Demian- ¿y que hay de ti? ¿empiezas a tener suficiente experiencia?
                - Algo hay de eso –respondió Lilieria moviendo las caderas con coquetería- mama solo me deja trabajar con clientes amables así que no se mucho del sexo rudo ¿te gustaría enseñarme algo?
                Demian trato de responder con algo divertido e insinuante, pero Amidia lo hizo venir y solo soltó un gemido
                - No seas impaciente hija, la noche recién empieza y hoy aprenderás varias cosas ¿no es así Demian?
                - Lo que sea por las futuras generaciones
                - Vamos hija, acércate, Demian es mi mejor cliente, el mas resistente y por mucho, hay suficiente para las dos
Lilieria se arrodillo junto a su madre y esta le mostró algunos trucos personales con la lengua acompañada de sus senos, la suavidad de sus cuerpos resultaba deliciosa tras un arduo viaje, como la mayoría de las jovencitas Lilieria sentía fascinación por los aventureros exóticos, las oscuras marcas en el cuerpo del hombre le resultaban en otro atractivo, Demian estaba bastante satisfecho y pensándolo un poco llego a la conclusión de que su madre había sido parecida, muy a su manera pero había sido una gran puta, no es de extrañar que con esa mujer y su hija se sintiera como en casa












Las calles de Arahal tenían fama de peligrosas, pero a Riemman eso le traía sin cuidado, después de todo si vas tras alguien inmundo tienes que buscar en el fango. La ciudad hervía de gente y la constante actividad mágica dificultaba la búsqueda, pero en los barrios bajos el bullicio se incrementaba de forma sofocante, Riemman dejo que el soplo de magia abandonara su cuerpo y su ojo derecho se quedo frío, sin vida, el paliacate que llevaba a modo de parche ocultaba los símbolos que de otro modo llamarían la atención pues a diferencia de otros Soldados Divinos Reimman no usaba una mascara
Un cosquilleo le atravesó la espalda, la sensación se movió hacia el costado derecho, el
Greshkal se ponía ansioso, el traidor estaba cerca, Reimman doblo en la siguiente calle y el simbiote se agitó, a través de su ojo le llegaron imágenes, una cama de sabanas azules, cortinas de distintos colores, una ventana cerca de un farol, Riemman no tuvo dificultad en distinguir dos de esas señas en una casa, de un salto subió los dos metros del farol y apoyándose en él entró por la ventana
En la habitación un hombre luchaba por resistirse, cuando Riemman llegó el sujeto reunió toda la fuerza que pudo para lograr un flujo de magia, pero el simbiote en su propio cuerpo detuvo su intento, castigándole en cambio con un gran dolor, el hombre trato de gritar pero ni siquiera tenia control de su garganta, mientras se retorcía Riemman lo tomo por el cuello y lo alzo a la altura de su rostro, quitándose el pañuelo dejo al descubierto su ojo el cual despedía un brillo azul, el flujo de magia fue fácilmente controlado por el Ojo de Piedra, cosa que el traidor ya no podía hacer sin el apoyo del Greshkal pero que desesperadamente seguía intentando
Para un observador normal el hombre tenia un aspecto corriente pero la magia de Riemman comenzó a deteriorar la mascara, las facciones del sujeto se agrietaron y desaparecieron como una capa de polvo dejando al descubierto su propio ojo pétreo y los mismos tatuajes alrededor de la cuenca, además de una complicada serie de líneas rodeando el otro, cuando las vio Riemman sintió que el desprecio por el traidor se incrementaba, acerco la mano y le arranco ambos ojos, se guardo el de piedra como prueba y tiro el otro
- ¿Donde están los demás? –pregunto con una voz suave y bien modulada, nadie habría asociado esa voz con la de un asesino de sangre perfectamente fría
El hombre sentía las cuencas ardiendo, curiosamente también sentía dolor en los ojos que ya no tenia, también sentía miedo, terror,  pero no podía traicionar a sus compañeros, no cuando uno de ellos era su hermano
- No lo se- respondió con voz débil
Riemman podría haberlo golpeado, podría causarle un enorme dolor para obligarlo a confesar, pero tenía un método más efectivo para hacer hablar a los traidores
                Concentrándose en su ojo reunió un flujo de magia proveniente de arriba, de los mismos dioses, el simbiote en su cuerpo se agito, esperando lo que venia, la magia lleno todo su cuerpo y el Greshkal se nutrió de ella; así como un Soldado podía incrementar su propia percepción al llenarse de poder los Greshkal incrementaban su influencia hasta sus hermanos, de pronto Riemman fue consciente del otro simbiote, y a través de el comenzó a mover su voluntad, empujando lentamente al traidor, el hombre se resistía, luchando desesperadamente por mantener el escaso control que le quedaba, pero la poderosa voluntad de Riemman aplasto su ser y lentamente se sobrepuso, el deseo de hacerlo hablar fue mucho mayor al deseo de permanecer callado
                - E-el… tem-plo… de… Ioros
                Riemman concentro magia a gran velocidad en su mano rodeando la palma como una sierra y lo decapito en el acto
                Para llegar al templo aun tendría que cabalgar durante tres semanas, y lo habría hecho de buena gana, con devoción y disciplina como se le había inculcado, todo lo que fuera necesario para eliminar a los traidores, pero esa noche comenzó a soñar, una voz le hablaba, aleccionándole sobre una nueva misión, Riemman entrego la información obtenida y a la mañana siguiente comenzó el viaje, la cacería por la mas grande de todas las presas, en algún lugar al sur, el hijo bastardo de un dios había atravesado la Franja de Hierro y se había internado en una Grieta














La primera luna estaba llena y la segunda, Ioros se movía brillante a través del cielo, el fuego en su superficie se expandía hacia el este formando una aguja, en conjunto las dos lunas bañaban la noche con un tono rojizo que se reflejaba con intensidad en las escamas del dragón, perfilando su enorme silueta contra el cielo estrellado, el cuerpo escamoso tenia algo de lustre pero la larguisima crin que recorría su espalda era solo pelo opaco y gris, las poderosas patas tenían protuberancias similares a las de los cuerpos malformados, con los huesos extrañamente salidos y músculos innecesariamente grandes, cuando el dragón alzo la cola la luz de las lunas ilumino dos pequeñas patas atrofiadas y resecas que nunca pudieron ser usadas, la cabeza del monstruo resultaba extrañamente pequeña en comparación con su cuello ancho marcado por una enorme cicatriz que de un lado tenia extrañas protuberancias similares a granos muy grandes, aun en ese cuerpo, Evan miraba consternado como la horrible bestia devoraba a sus hombres, la pequeña y deformada boca se abría y cerraba dejando ver esos dientes gastados que solo en ocasiones cortaban la carne, pero en las mas aplastaban los cuerpos una y otra vez mientras aun seguían vivos, una figura humana se lanzo contra la bestia lanzando un grito de “¡Por el rey!” pero la dura piel del dragón apenas resintió el daño de su espada, respondiendo al ataque el dragón aplastó al humano con su enorme garra cubierta de musgo y tierra, después trató de comerlo, pero las protuberancias del casco le lastimaban la boca, así que sin pensárselo mucho arranco la cabeza y la arrojo lejos como si fuera un trozo de hueso
Evan reprimió un grito cuando los ojos muertos de Bost se quedaron fijos frente a el, la quijada cayo lentamente y Evan creyó que le reclamaría el haberlos llevado a su muerte
Una mano tiro de su capa
                - Debemos irnos mi señor –le dijo en voz baja Robert, su hechicero personal- si nos quedamos aquí el dragón acabara por encontrarnos… eso o alguna otra abominación de la Grieta
                Evan no respondió, pues estaba absorto y horrorizado viendo como el dragón mordisqueaba el cuerpo de su maestro, al no poder comerlo con la armadura puesta el cuello del monstruo se abrió dejando ver otra boca, la verdadera boca que estando cerrada aparentaba una cicatriz en el cuello, una boca mucho mas grande que la exterior, el monstruo empujo el cuerpo y se lo trago entero
                Un grito de horror salio de entre la maleza y el dragón lanzo una bocanada de fuego por la que parecía ser la boca pequeña, las llamas azules, verdes y rojas quemaron la hierba en un torbellino de algo que solo sabían llamar fuego y Pover, el otro mago real quedo expuesto, aun se defendía con una burbuja de energía pero Evan sabia que detener una cantidad de fuego tan grande requería mucha magia, y usar magia siempre desgastaba los cuerpos, Pover también lo sabia, así que reunió toda la magia que era capaz de controlar dispuesto a venderse caro y mientras su cuerpo se desintegraba la lanzo contra el rostro del dragón, el brillo del combate ilumino la expresión angustiada de Evan, cuando la oscuridad volvió Pover había desaparecido y solo quedaba un montón de ropa quemada y metal de su armadura, pero el dragón había sido cegado
                Evan se atrevió a sentir esperanza, con el apoyo de Robert y su magia aun podían vencer a un dragón ciego, pero lejos de inquietarse o comenzar un ataque frenético como esperaba la bestia solo se quedo quieta, la pequeña cabeza giro de un lado a otro asegurándose de estar realmente ciega, el dragón comenzó a emitir un suave rugido, la boca grande se abrió y las protuberancias junto a ella también se abrieron escrutando los alrededores, se trataba de cinco ojos a cada lado del cuello, los verdaderos ojos de la bestia
                Evan sintió que las fuerzas lo abandonaban ¡la criatura era invencible! Lentamente dejo que Robert lo llevara lejos mientras el dragón devoraba a sus hombres

Entrar había sido relativamente fácil pues entonces contaba con cuarenta de sus mejores hombres y cuatro magos reales, pero ahora Evan solo contaba con Robert y Feraldez, otro de sus soldados que había logrado escapar, tres personas tenían poco que hacer contra los seres de una Grieta así que avanzaban despacio, cerciorándose de no atraer la atención de nada, pero tanto de día como de noche tenían la sensación de que algo los vigilaba, las extrañas formas de los árboles les inspiraban desconfianza y les recordaban aquellas historias que sus madres les contaban para hacerlos dormir, historias sobre plantas enormes que usaban sus ramas como colmillos y hormigas que salían de la tierra para devorar ejércitos enteros, acampaban al amanecer y en el crepusculo cuando los seres diurnos estaban por dormir y los nocturnos apenas depertaban, y viceversa, ya llevaban una semana andando pero apenas habían hecho la cuarta parte del camino, Evan bebió de su cantimplora, al agua se deslizo despacio por su garganta “agua del Muro para la realeza” había dicho hace un año cuando subió al trono, desde entonces había estado exigiendo extravagancias destinadas a satisfacer sus caprichos, bebía en copas de cristal cortado y siempre de un color diferente, comía manjares traídos de las tierras mas exóticas y lejanas que fuera posible, también había ordenado hacer un trono enorme para poner de manifiesto su grandeza ¡agua del Muro! ¡como si eso sirviera de algo! Y hacia un mes que había hecho su mas estúpido decreto, él, Evan de Doser, magnifico rey de Valiana cazaría un dragón, si, él, el magnifico, el grande, él cazaría un dragón
Las advertencias de sus maestros debieron persuadirlo, pero en su arrogancia creyó que seria fácil, cuarenta de sus mejores hombres, una guardia personal reforzada por tres de los magos reales a los que se unió Pover deseando cumplir el juramento hecho a los padres de Evan, él lo acepto con indiferencia, pensando que tenia poder suficiente para acabar con lo que fuera y desde el momento de partir se veía a si mismo retornando glorioso, con la piel del dragón lista para adornar su trono, y quizás hasta para hacerse una armadura
Pero que estúpido había sido
                En la primera semana llegaron a la grieta y por primera vez Evan sintió miedo, a medida que avanzaba se deba cuenta que esos no eran sus dominios, los seres de ahí no lo respetaban, no procuraban su bienestar, solo se tenían a si mismos y no harían nada por nadie, ni siquiera por un rey
                En algún momento albergo la esperanza de que ellos, las… criaturas podrían servir como fuerza extra, pero en una ocasión se encontraron con una manada, una pequeña, alrededor de veinte de ellos, su estupidez y salvajismo le hizo ver que no sentían interés por nada que pudiera darles, ni honores ni riqueza, las criaturas solo buscaban comida y la encontraron en ellos, vencerlos fue relativamente fácil, o eso creyó hasta que vio como se quedaban atrás los cuerpos de cinco de sus hombres, cinco y aun no encontraban ningún dragón
                Fue a mitad de la tercera semana cuando se encontraron con otras personas, al amanecer vieron a lo lejos una manada acercándose a beber al río, Evan decidió que los tomarían por sorpresa y acabarían con ellos, Bost le recomendó que no lo hiciera, pero él los contó, apenas diez, no serian gran problema, así que cargaron contra ellos, las criaturas gritaron al ser asesinadas y unas de ellas alcanzaron a lanzar un extraño grito, un “Ahhahahahaaha” alargado y profundo
                Y la maleza comenzó a moverse
                Las criaturas salieron de todos lados, Evan logro distinguir algo extraño, algunas de ellas traían retazos de ropa de un solo color y se mantenían juntas, parecía que fueran un clan o algo así, las criaturas se lanzaron contra ellos, sobrepasados en mas de diez a uno el joven rey y sus hombres comenzaron a huir siguiendo el río para que no los rodearan por ambos francos, corrieron y corrieron pero las criaturas no cargaban armadura ni provisiones y les iban ganando terreno, finalmente encontraron el camino que atravesaba la grieta en dirección a Kentsys, la ciudad-estado localizada al sur de Valiana, corrieron mas rápido agradeciendo el tramo de terreno llano y se ocultaron en la maleza, tras avanzar hasta lo mas espeso decidieron preparase para recibir la embestida, los superaban en numero `pero desde esa posición las criaturas serian retrasadas por las hierbas y podrían tomarlos por sorpresa, así que esperaron, y esperaron, y esperaron
                Un resplandor levemente azulado alcanzo a distinguirse sobre los árboles, pero fue demasiado rápido, quizás Evan estaba imaginando cosas, al cabo de un rato decidieron salir e investigar, lo que vieron fue sorprendente, los cuerpos de las criaturas aparecían desperdigados justo al lado del camino, tenían cortes profundos en todo el cuerpo, como si hubieran sido atrapados por una lluvia de lanzas, los hombres de Evan estaban estupefactos ¿Qué podía haber hecho tal cosa? El sonido de unas ruedas los saco de sus reflexiones, la carreta avanzaba despacio aunque traía seis caballos para tirar de ella, un hombre barbudo la conducía y otro hacia guardia desde el techo, las anchas ruedas dobles de metal tenían pequeños picos y la estructura también tenia metal reforzándola por todos lados, además por la anchura de la base se deducía que habia sido hecha para mantenerse estable aun a todo galope, el hombre del techo le dijo algo al otro y ambos miraron al lado del camino donde Evan y los suyos acababan de salir
                No tardaron casi nada en estar junto a ellos, el hombre barbudo los miraba desconfiado, pero el hombre del techo bajo a saludarlos buscando de inmediato a la persona mejor vestida para dirigirse a ella
                - Es bueno ver gente civilizada por estos lugares su señoría –dijo mientras se inclinaba
                Al principio Evan pensó que sus ropas negras tenían un color firme y en cierto modo elegante, al verlo de cerca pudo notar que en realidad estaban hechos de una tela basta y resistente, el tono uniforme se debía a las manchas de hollín que cubrían por completo sus prendas, bajo el cuello de la capa alcanzo a notar unas marcas negras, probablemente de alguna quemadura o quizás un tatuaje, cuando el hombre se levanto Evan notó una marca similar en su mano izquierda
                - Lo mismo digo buen hombre ¿habéis visto que causo esta… matanza?
                - No su señoría –dijo el hombre en un ligero gesto de sorpresa, Evan detecto de inmediato que el sujeto estaba realmente sorprendido de que él y sus soldados no fueran los responsables, pero su autocontrol disminuyó la expresión hasta un mínimo apenas perceptible –Kelmar y yo pensamos que habían sido usted y sus hombres
                - Nosotros estábamos en la maleza esperando la carga –dijo Evan tratando de pasar por alto que estaban huyendo –pero las criaturas nunca llegaron a nosotros, así que tras ver un extraño brillo azul salimos a ver que sucedía y nos encontramos con esto
                - ¿Azul dice, su señoría? Si, yo también lo vi desde el recodo del camino, si no fue usted tal vez fue un monstruo de la grieta, uno nunca sabe que puede encontrar aquí
                - Eso es cierto buen hombre y por eso no puedo evitar preguntarme que están haciendo ustedes por aquí
                - ¿Nosotros señoría? Somos comerciantes –respondió señalando al horizonte- venimos de la Franja y llevamos mercancía para Kentsys
                - Debe ser algo valioso para que se arriesguen a cruzar la Grieta ¿Puedo saber que llevan en la carreta? Si es algo útil tal vez piense en comprarles algo
                - Llevamos alimentos muy exóticos su señoría
                - ¿Alimentos? ¿Cruzan la grieta para llevar comida? No creo que en Kentsys les paguen mucho por eso
                - No ahí su señoría, solo nos quedaremos un par de días para ver si encontramos algo que complemente la carga, pero después partiremos hacia Valiana, no me lo creerá señoría, pero dicen que el rey paga enormes cantidades de oro por alimentos exóticos, ahí si podremos sacar una buena ganancia
                - Ya veo, pero si iban a cruzar la grieta quizás debieron traer mas carga
                - Eso hicimos su señoría –respondió el hombre con una nota de pesar en la voz- salimos con dos carretas, Kelmar conducía una y yo la otra pero una manada nos ataco hace unos días, logramos salir vivos soltando la carga de la otra carreta y después la carreta completa y los pobres caballos, pero cuando lleguemos a Valiana recuperaremos lo perdido, creo que subestimamos a la grieta señoría, siempre debe haber alguien vigilando, y siempre debemos movernos, pero gracias a los dioses no ha muerto ninguno de los dos
Evan sintió una punzada de remordimiento, el hombre arriesgaba su vida porque un rey caprichoso quería comidas exóticas, por primera vez pensó que alguien podía perderlo todo si el no salía con vida de la Grieta «Eso es estúpido, aun tengo treinta y cinco hombres y cuatro magos»
- Y si no es mucha pregunta señoría ¿puedo saber que hace un noble señor en la Grieta?
                - He venido a cazar un dragón –le respondió orgulloso, el hombre abrió los ojos realmente impresionado
                - Entonces deben estar buscando al que vive en ese monte –dijo mientras señalaba una saliente fácilmente distinguible entre las plantas- un viajero que conocí en la Franja me dijo que los dragones viven donde hay túneles que llegan hasta muy hondo en la tierra ¿es ese al que buscan señoría?
                - Si, es ese –respondió Evan algo molesto porque un simple comerciante le dijera algo tan necesario y que el ni siquiera se habia molestado en averiguar, mentalmente calculo la distancia a la base del monte –en cinco días tendré su cabeza
                - Seguro que si señoría, los grandes señores siempre pueden hacer grandes cosas
                - Continua con tu camino buen hombre, cuando llegues a Valiana busca la posada Los pies de oro y ahí encontraras algún un pinche de cocina, dile que te lleve con el chef real y así podrás venderle tus productos al rey
                - Muchas gracias señoría –le dijo el hombre con una sonrisa satisfecha y agradecida- así lo haré
                Cuando el hombre se alejaba Evan se dio cuenta de que no habia preguntado su nombre, aunque tampoco habia dado el suyo, cuando la carreta se alejaba lentamente por el camino alcanzo a notar algo muy curioso, lo que habia matado a las criaturas lo hizo después de que salieran del camino, como si no quisiera estorbar a los viajeros

Y después vino la catástrofe, llegaron a la entrada de los túneles, Evan le lanzo un desafió al dragón y los magos hicieron temblar las paredes de la cueva, esperaban que saliera y que los guerreros lo contendrían mientras los magos lo mataban, al final quedaría exhausto y el rey podría cortar su cabeza
                Pero estaban en la Grieta
                Un grupo de Fenrer apareció, no mas de una docena pero inesperados y bastante temibles, cuando la Grieta se abrió hacia tres siglos las personas se vieron sobrepasadas por el abrumador poder que salia del suelo, la desesperacion y, el panico y el peligro avivaron sus instintos y se transformaron en Criaturas, pero los demás seres vivos también resintieron los cambios, los fenrer se formaron a partir de los perros y lobos, al principio se hicieron enormes, y en altura llegaban al pecho de una persona, pero cuando nacieron los primeros cachorros ya no nacían camadas numerosas, solo una o dos criaturas hechas con los cuerpos de todos los perros en el vientre, los fenrer tenían patas gruesas y bajo la piel se notaban los, huesos de varias patas, las costillas y el espinazo de varios perros se amontonaban formando una poderosa coraza, en el cuello y también en el principio de la espalda salían cabezas que ladraban y mordían en todas direcciones, por lo general solo una cabeza tenia el control del cuerpo la mayoría de las otras estaba ciega y sorda y solo mordían porque estaban excitados, para matarlos habia que encontrar esa cabeza pero resultaba imposible así que los soldados cortaban a diestra y siniestra hasta que al fin caían, el líder de la manada era negro, enorme y tenia cinco cabezas llenas de cicatrices obtenidas al defender su posición, se abalanzo sobre uno de los magos y este lo ataco con un rayo, pero todas las criaturas de las Grietas presentaban una enorme resistencia a la magia, el ataque le destrozo dos cabezas pero con las restantes el fenrer destrozo el cuerpo del mago
                Entonces apareció el dragón
                Los fenrer salieron huyendo llevando en sus bocas lo que habían podido tomar, el líder sostenía con sus cabezas todo un cuerpo completo, el dragón rugió y los hombres se estremecieron; habían perdido a diez de ellos en la lucha, el resto estaban algo cansados y con los corazones latiendo rápidamente por las continuas y desagradables sorpresas, sin darles tiempo de nada el dragón embistió aplastando a varios de ellos a su paso
                - ¡Retirada hombres! ¡retirada! ¡protejan al rey!
                Al oír los gritos de Bost los hombres se agruparon alrededor de Evan, con los magos al centro, el dragón los miro y abrió ligeramente la boca, Evan pensó que lanzaría fuego pero al ver como se agachaba y atacaba a los hombres uno por uno llego a una conclusión terrible
                «Quiere comernos, no quemarnos» «es mas inteligente de lo que creímos»
                La tarde ya acababa y con el apoyo de los magos lograron resistir hasta la noche, para sorpresa de Evan el dragón era mas fuerte de lo esperado, mucho mas, los magos reales  que se supone deberian agobiarlo hasta morir solo servían para defenderlos del extraño fuego que les comenzó a lanzar una vez visto que no podría matarlos  unicamente con dentelladas, pero para defenderse necesitaban la acción conjunta de los tres, aun así eso que llamaban fuego atravesaba los escudos y causaba mas y mas daño en sus hombres sin dañar tela ni metal, solo carne
                Evan estaba desesperado, sabia que él era el causante de todo, él los habia llevado a morir por su estúpida vanidad y habia decidido seguir aun cuando resulto evidente que sus fuerzas no serian suficientes para la Grieta sola, menos para un dragón, así que en un movimiento impulsivo salio del escudo tratando de llegar a su espalda y herirlo, este lo echo a volar con un coletazo y Bost y los magos reales se precipitaron en su ayuda, el dragón volteo de inmediato y aplasto a otro mago antes de que tuviera ocasión de hacer algo, después se lanzo contra los soldados y coleteo y rodó salvajemente para aturdirlos, cuando cayeron comenzó a matarlos uno por uno, no los devoraba, solo los mataba para asegurarse que estarían ahí y podría comerlos luego, Robert se habia encaminado hacia su rey, quien miraba inmóvil como Bost caía frente a la bestia






El horizonte estaba difuso, arriba las nubes se movían en todas direcciones bajo el cielo blanco y resplandeciente, no, no eran nubes sino algo mas, algo vivo, por todas partes andaban seres imponentes y hermosos despidiendo un brillo particular a través de sus cuerpos con brazos, patas, alas, pinzas y una infinita variedad de formas, algunos tenían ojos que les permitían ver lo que sucedía mas allá del horizonte, otros movían el cielo o las tierra en eternos e inexorables ciclos fomando parte de ellos, cada uno andaba siguiendo un objetivo, un rastro, un deseo, pero los mas imponentes y poderosos permanecían inmóviles, completamente ajenos al mundo, esperando las alabanzas de las que eran dignos y recibiendo a sus seguidores en su seno
Scycel permanecía ahí, expectante, la inquietud no lo dejaba tranquilo y le decía que algo estaba por suceder, en la inmensidad del mundo los dioses proveían de poder a sus seguidores, pero él solo percibía una corriente, la fuerza del viento soplando hacia los confines del mundo, muy a lo lejos se movía una fuerza similar en el punto de confluencia, lo que llamaban Grietas, en algún lugar el soplo del viento se movió con la ayuda de un Greshkal y enfilo el curso hacia la fuerza, algo estaba por suceder
Lentamente Scycel volvió al mundo físico, su Ojo de Piedra palpitaba con un brillo azul, a diferencia de los otros él no tenia ninguna marca alrededor, no la necesitaba, su señor conocía su absoluta fidelidad y la ausencia de runas era la prueba de su confianza
Otro Soldado se movía hacia el sur, las cosas podían cambiar drásticamente y él debía estar ahí para actuar, volteo para ver el lugar, se encontraba en la cima de la montaña desde la que podía ver todo en cientos de kilómetros a la redonda, el ojo brillo por debajo de su Mascara y él recibió la energia directamente ya que sin un Greshkal su señor le proveía de poder sin ningún intermediario, henchido de magia saltó desde la punta de la montaña y avanzo a una velocidad extraordinaria atravesando bosques y caminos en cuestión de minutos, en tan solo unas horas llego hasta el Muro de Agua y decidió que antes debía obtener algo de información, no podía entrar directamente y alcanzar al otro Soldado sin mas, quizás lo mejor seria llegar a un lugar cercano y asumir una nueva Mascara hasta recibir instrucciones
Y el reino de Valiana serviría bien













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Pasó todo un mes antes de que lograran salir de la Grieta, Evan estaba hambriento y demacrado, caminaba apoyandose en un baston improvisado con una rama llena de nudos y tambien con enormes espinas pues habia perdido la espada al clavarsela a un bicho y necesitaba algo para protegerse, usando su cuchillo habia desbastado un extremo para apoyar en el sus manos y habia limpiado parte del centro para tomarlo como un garrote, detrás de él venia Feraldez quien aun conservaba las armas y la cota de malla, en otro tiempo Evan hubiera exigido su espada y la proteccion metalica pero estaba claro que el soldado le daba un mejor uso que él. Al final venia Robert, mas cansado que ellos, su pelo se habia vuelto gris y enormes arruguas marcaban su cara, eñ constante uso de magia lo habia desgastado hasta dejarlo irreconocible e incluso su cetro se habia roto, todos tenian las ropas desechas y llenas de barro, esa noche acamparon al anochecer cobijandose bajo un arbol, agradecidos de no tener que vigilar al menor sonido ni preguntarse si despertarian
                El sol perfilaba las montañas en una suave linea anaranjada, las nubes se aclaraban desde al rojo al rosa y después al azul a medida que amanecia, Robert ya estaba en pie y Feraldez se levanto poco después, para cuando Evan se les unio el sol ya habia salido por completo, al levantarse se dio cuenta de que no habia visto el sol perfilando las montañas, sino un monton de rocas que estaban frente a él, se pusieron en marcha sin desayunar pues ya no tenian provisiones, tampoco tenian que cargar tiendas ni mantas porque las habian perdido en la Grieta
                -Mi señor-le dijo Robert mientras hacia un saco con lo que quedaba de su capa- seria buena idea que se quite las alhajas, nadie pensara que es un rey con esas ropas
                -¡Mis joyas reales! –dijo Evan sobresaltado, podian estar en medio de la nada, podian estar sucios, hambrientos y con la sangre seca tiñendo sus ropas, podian estar asi y podrian estar peor ¡pero él era el rey! ¡lo era y lo seguia siendo! –¡estas joyas se quedan en mi cuello! –dijo jalando su gargantilla –si hace falta vendrlas lo hare, ¡pero hasta entonces son propiedad del rey y ahí se quedan!
                -Como usted diga mi señor –respondio Robert con humildad- solo digo que si alguien nos ve podria acusarnos de robar y, aunque no lo digan abiertamente las personas que encontremos nos mirarán con desconfianza
                -Voto a lo mismo su majestad –dijo Feraldez - usted mismo se pondria a desconfiar de alguien con su presente aspecto y cargado de joyas
                Los argumentos eran muy validos… aun asi
                -Lo considerare mas tarde, ahora en marcha
Comenzaron a caminar en direccion oeste, buscando el puesto fronterizo de Marel, o al menos el camino que lo conectaba con la capital, a esas alturas Evan ya no sentia la necesidad de apresurarlos ni ordenarles nada, ellos sabian perfectamente que se debia hacer y solo lo hacian participe de los beneficios (conseguir comida por ejemplo) la caminata ya habia durado cerca de una hora pero al menos ya no tenian que apartar ramas a cada paso ni observar detrás de cada arbusto, solo habia que seguir el camino hasta el punto en el que los cuidadores se habian quedado con los caballos, pero el camino era igual en todas partes, una enorme franja de tierra semiapisonada rodeada de arbustos y trozos de pasto, con el pico de Marel alzandose a lo lejos, tan lejos que parecia no aumentar de tamaño, la repeticion del paisaje sumio a Evan en un sopor monotono, solo escuchaba el ruido de sus pasos pero ya no sentia los pies, ni el cuarpo, solo avanzaba sin sentido, solo seguia a los otros dos, y en medio del sopor se desvanecio
Desperto en su cama, un paje le habia llevado el desayuno y esperaba de pie junto a la puerta, Evan comenzo a comer sin prestarle mucha atencion, despues se levanto y el paje se acerco llevando su ropa, Evan extendio los brazos y el paje le coloco su chaqueta, despues le alcanzo los pantalones (que si se puso por su cuenta) y le puso el manto real, Evan se ciño las ropas y se coloco sus joyas, un par de pendientes, una serie de anillos, dos de brazaletes y un aro de alrededor de la frente, todo de plata como señal de su grado como principe y adornado con rubies como prueba de su derecho sanguineo
                - ¿Cómo amanecio mi padre? – le pregunto a su paje mientras avanzaba por el corredor
                - El medico dice que ya esta estable pero el mago Pover no se despega de su lecho
                Evan cruzo el camino hacia las habitaciones de sus padres provocando multiples reverencias por parte de la servidumbre, los guardias frente a las puertas se enderezaron y chocaron sus armas contra el suelo anunciando su presencia, cuando entro saludo a su madre con un beso en la mejilla pero por recomendación del medico no se acerco demasiado a su padre
                El rey estaba postrado en su lecho, la gran cama resultaba enorme y lo empequeñecia, profundas arrugas suracban su rostro y habian ido aumentando desde que empezo la enfermedad, las venas se marcaban bajo la piel con un reflejo azulado, casi fosforecente y no respondia, no hablaba, no se movia
                - ¿Como te encuentras hoy?- dijo inclinandose sobre la cama
- Se ve bastante estable- contesto Pover recostado en la pared contraria- pero hay algo que no acaba de gustarme
                - Le he preguntado al rey, mago –replico molesto, desde que Evan yenia memoria Pover siempre se habia portado con un aire de suficiencia con el rey, como si tuviera derecho a hablarle de tu a tu y eso lo exasperaba
                - Tranquilizate cariño- le dijo su madre- sabes que Pover solo quiere ayudar a tu padre, dime Pover- comnzo a preguntar, intentando cambiar el rumbo de la conversacion- ¿qué es lo que no te gusta?
                - Lo que no me gusta mi señora, es que el rey no ha mejorado en tres meses, solo entra y sale de su delirio, a veces empeora y luego se estabiliza, pero la enfermedad no parece ceder
- Eso lo sabemos mago ¿no haras algo mas que explicar lo que todos sabemos?
                - Entonces dire lo que nadie sabe pues lo he estado especulando esta noche
                - Explicate mago – le dijio Evan ansioso- ¿has descubierto quien envenena a mi padre? ¡Anda mago habla!
                - Es algo mas complicado que eso su majestad, es algo que nunca habia visto pero que quizas pueda explicar
                - ¿Es que acaso alguien lanzo un conjuro sobre mi padre? ¿es eso mago?
                - Vera su majestad –empezo Pover algo inquieto- durante su juventud su padre hizo muchas cosas, viajo a muchos lugares, yo mismo estuve con el en varios de esos viajes, y es por eso que creo… creo que su majestad resiente el daño de un hechizo muy viejo
                - El Agora – susurro la reina en un tono casi unaudible
                - ¿Qué has dicho madre?
                - El Agora hijo, tu padre me hablo una vez sobre eso, un hechizo de vida y muerte que le dejo una cicatriz sobre el pecho ¿es eso Pover? ¿mi esposo resiente el daño de esa cosa?
- Me temo que si su majestad, siempre tuve mis dudas a si realmente lo habia hecho ya que nunca pude comprobar si la cicatriz estaba ahí, pero ahora que usted me lo confirma el resultado sera inevitable, su majestad morira –dijo, mirando al rey con tristeza, se le quebro la voz al decir- si no es que ya ha muerto
                - ¡¿Cómo te atreves a insinuar eso mago?!- grito Evan agarrandolo del cuello- ¡Mi padre esta aquí en esta cama y aun respira! ¡¿Cómo te atreves a insinuar que ha muerto?!
                Pover dejo que el muchacho lo agitara tratando de obtener respuestas, la reina solo los miraba impasible, aun con un hijo tan voluble y un marido moribundo seguia conservando la compostura «es una gran mujer» penso mientras la observaba, cuando el principe al fin lo dejo decidio continuar su explicacion
                - El Agora es un rito antiguo y muy extraño, nunca lo he visto pero conozco parte de la forma en que opera y a decir verdad es un milagro
                - ¡¿Milagro?! ¿cómo es un milagro que mi padre este muriendo?
                - ¡Silencio Evan! –lo reprendio la reina con un grito, ambos se quedaron paralizados al escucharla- ¡Yo soy la reina y no permitire escandalos en mi presencia!- los dos se calmaron y Evan solto al mago- continua con tu explicacion Pover
                - Si su majestad –respondio mientras su admiracion hacia ella se reafrimaba, le echo un istazo a su rey pensando en lo afortunado que fue al encontrarla- cuando su majestad el rey era joven viajo por muchos lugares, incluidas las estepas del norte, donde moran los salvajes, en una ocasión caimos prisioneros en una tribu, poco despues el rey logro su amistad y nos liberaron, pero cuando estabamos por partir otra tribu nos ataco y mataron a muchos guerreros, el rey se unio al grupo que vengaria a sus muertos, pero estaba bastante herido, como ni yo ni los otros del grupo nos ofrecimos a formar parte los nomadas lo aceptaron como representante de la sangre, porque según sus leyes alguien solo puede ser vengado por un miembro de su tribu, asi que solo uno de nosotros podria ir tras los que mataron a cuatro de los nuestros, pero el rey estaba herido, asi que los chamanes hicieron algo para ponerlo en condiciones de combatir
                - El Agora –rspondi la reina
                - Ahora se que asi fue, pero nunca tuve ocasión de comprobarlo, por lo que habia oido ese rito les daba vigor y fuerza a quienes lo pasaban, pero mataba a los que fallaban
                - Asi que por eso lo llamaban un rito de vida y muerte
                - Si mi principe, pero habia algo mas, durante otra aventura el rey fue herido y lo examine, pero ya no era el mismo, no se como decirlo, pero la vida en su cuerpo habia cambiado
                - ¿En que manera Pover?
                - Parecia… parecia que fuera mas de una persona
                - ¿Qué has dicho mago? ¿insinuas que mi padre fue poseido por un espiritu de los salvajes?
                - ¡Silencio Evan! –dijo la reina volviendolos a callar- Pover no ha terminado su explicacion, ¿qué mas tienes que decir?
                - Mi señora – volvio a empezar, esta vez mucho mas nervioso- creo que su esposo recibio la fuerza vital de otro guerrero, creo que eso lo curo y lo fortalecio, pero creo que esa fuerza lo ha abandonado, creo que su cuerpo decae sin la vida que lo sostenia, creo mi señora, que su majestad esta al menos, y a falta de otra expresion, medio muerto
La noticia cayo sobre Evan y lo sacudio, su cuerpo se estremecio temblando de un lado a otro
- ¡Reaccione majestad!- gritaba Robert- ya salimos de la grieta ¡no puede rendirse ahora!- el mago dejo de agitarlo y lo recosto contra el suelo y lo cubrio con lo que quedaba del manto real, miro a su alrededor y diviso un arbol a mas de doscientos metros – Feraldez, ayudame a llevarlo hacia alla
                - Recuerdo algo sobre esta zona Robert-dijo mientras señalaba en direccion opuesta – hay algunos arboles al norte, es casi un kilometro pero el rio esta cerca
                - Entonces vamos para alla
                Entre ambos anudaron sus tunicas raidas y las usaron para sujetar a su rey a sus espaldas, turnandose para llevarlo aunque Robert ya estaba demasiado debil y solo podia con el en tramos muy cortos, finalmente llegaron a la arboleda y lo dejaron sobre el pasto, agradeciendo la sombra, Feraldez recogio las ropas que pudo llevarse asi como las cantimploras y partio hacia el rio dejando al rey inconsciente y al mago desfallecido
                Cuando Evan desperto lo primero que pudo ver fueron unos pies acercandose, pies de soldado protegidos con espinilleras y gruesas botas, se levanto del suelo y se recompuso, el rito de ascencion demandaba que el aspirante pasara tres dias de ayuno encerrado en la Sala Vacia, donde no habia muebles ni alfombras, todos sabian que estaba debil y cansado como para que ademas sus hombres lo vieran en ese estado, nadie, pero absoluamente nadie sabria que el principe se habia derrumbado y habia estado llorando la noche previa a su coronacion
                El ruido de metal contra madera precedio a la llamada de la guardia
                - Mi señor ¿se encuentra despierto?
                Evan volteo hacia la puerta y los soldados se pusieron en firmes, Bost le echo una rapida mirada a sus ojos pero se aparto de inmediato al notarlos enrojecidos, el aire entro poniendole la carne de gallina, hacia frio dentro del castillo y mas aun vestido solo con taparrabo y sus joyas como dicataba la tradicion para un aspirante a la corona
                - Que los dioses le sean propicios en este dia mi señor
                - Que asi sea – Evan asintio y les siguio mientras lo escoltaban por los corredores hasta la sala de purificacion, las sandalias de madera le resultaban algo toscas y ya tenia ampollas por estar usandolas tres dias seguidos, pronto llegaron a los baños reales pero los pasaron de largo para entrar a la sala anexa
                El lugar habia sido un lago sagrado usado en las ceremonias antiguas, en tiempos de la fundacion del reino de Valiana, al ser parte de los ritos de coronacion el castillo habia sido construido alrededor para poder elegir nuevos reyes incluso estando sitiados (lo cual ocurrio bastantes ocasiones) pero con el tiempo el lago acabo por secarse, entonces fue forrado de marmol y convertido en una bañera enorme y redonda, con grandes escalones para facilitar la entrada y columnas gruesas del ancho de un hombre, entre ellas los representantes de las familias nobles del reino parecian estatuas opacadas por la media luz que entraba en el lugar, pero sus ropas tenian finos encajes y bordados de oro, alli estaba Florian, el anciano lider de la casa Amer cuya barba caia entrelazandose con una redecilla al igual que su cabello, tambien estaba Anaissa de Geral, que lo miraba lasciva desde dentro de ese vestido escotado, los encajes a los costados permitian ver parte de sus piernas y se decia que en sus dominios usaba ropa aun mas provocativa, todo lo contrario a Malina de Mater, cuyas ropas holgadas y obscuras solo dejaban ver su rostro muy a medias debajo del velo, parecia mas una viuda que una joven muy, muy recatada
                Evan se quito las sandalias y bajo un escalon, sus pies rozaron la piedra y reprimio una mueca al sentir una de sus ampollas abriendose por el roce, alguien hizo un gesto entre los presentes y el lo busco con la mirada, ahí estaba su tio Matt, en representacion de la casa Doser ahora que el iba a ascender al trono, volvio a repetir el gesto, un puño alzandose levemente, una señal de animo, pasando el siguiente pilar estaba Horacio de Hertal, repitiendo el gesto de su tio, la presencia de ambos le dio mas animo a Evan, aunque aun se sentia muy nervioso, decidio dejar de mirar a los dirigentes para no pensar en los juegos de conspiraciones que sus padres habian tenido que librar con los padres de ellos o en algunos casos con ellos mismos, asi que paso su atencion a los tres miembros que eran lo mas neutrales que pude ser una faccion de poder
                En efecto, por un lado estaba Doneto, Obispo de la iglesia Ortodoxa y por el otro se habia presentado Morel, Cardenal de la iglesia Fundamentalista, asi como un embajador de la cofradia de magos al que solo se le llamaba Primer Maestre, Evan se sintio pequeño, aun no estaba listo para la corona ¡era demasiado pronto!
                Aun asi dio un paso
                - En los primeros dias –comenzo Bost- la casa Valian llego desde muy al sur buscando fortuna, solo eran un grupo de aventureros con sueños de oro, pero con gran habilidad pára las armas
                Otro paso, el agua estaba fria
                - Solo eran un grupo de aventureros con sueños de oro –agrego el Obispo Ortodoxo- pero honraban a los dioses y se lanzaban a la batalla con sus nombres en los labios
                Otro paso, el agua le llego por debajo de las rodillas
                - Solo eran un grupo de aventureros con sueños de oro –prosiguio el obispo Fundamentalista- pero sus corazones rebosaban de fe en el mañana
                Otro paso, el agua llegaba a los muslos
                - Solo eran un grupo de aventureros con sueños de oro – siguio entonces el embajador de la cofradia- pero su sangre era fuerte y esperaba para despertar en el poder
                Con el agua hasta la cintura Evan se quito el taparrabos quedando completamente desnudo, el frio estaba a punto de hacerlo tiritar frente a todos
                - Solo eran un grupo de aventureros- comenzaron a coro los representantes de todas las familias- pero eran nuestros ancestros, eran aventureros pero fundaron un reino con dias de oro y canciones que se elevan en voces de plata
                Entonces le toco el turno a Evan, las palabras pesaban en su boca, que se debatia entre cerrarse para no castañear con el frio y abrirse para pronunciar el discurso
                - El reino de oro se sontiene en los hombros de sus dirigentes, y yo, Evan de Doser me presento ante ustedes para reclamar la corona
                - ¿Con que derecho? – pregunto el coro
                - Con mi derecho de sangre –dijo Evan, que levanto la tiara de principe por encima de su cabeza- con el derecho de un principe que toma el legado que han dejado sus padres
                - Entonces renuncia a tus privilegios joven principe, nadie puede ser rey ostentando otro titulo sobre su cabeza
                Evan dejo caer la tiara, el brillo de la plata se apago a medida que descendia en el agua, entonces se dio cuenta de que la habia soltado juto frente a el y le iba a estorbar para seguir caminando, moviendo la mano bajo el agua la tomo de nuevo y la hizo a un lado tan discretamente como le fue posible, despues se saco todas las alhajas y las dejo caer
                - ¡No soy principe ni soy nada!- dijo con voz firme- ¡solo soy un aventurero con sueños dorados!
                - ¡Entonces avanza y toma lo que deseas! – grito el coro, Evan se adelanto hasta la columna que estaba en el centro, sumergida bajo el agua, la traidicion prohibia sacarla y ponersela, entonces se inclino para que todo su cuerpo quedara debajo, se puso la corona y salio con ella puesta
                - ¡Salve Evan de doser¡- gritaron todos los miembros del circulo- ¡Salve nuevo rey de Valiana!
Evan sigio caminando para salir por el otro lado y al subir las escaleras Bost lo cubrio con una bata delgada para que nadie viera su cuerpo, cuando salio por completo del agua deposito unos escarpines frente a el, la suela acolchada resulto un alivio para sus pies
La salida llevaba a la plaza donde el pueblo ya estaba esperando, cuando Evan salio todos comenzaron a vitorearlo y los dirigentes de la casas desfilaron frente a el para ofrecerle un regalo, los primeros fueron los representantes del pueblo quienes traian un manto lleno de bordados y flecos, algo aparatoso pero aun asi un manto real, el hombre y la mujer, ambos ancianos le hicieron una reverencia cuando se lo hubo puesto y tras recibir su bendicion se retiraron, despues venian los regalos de los dirigentes de las casas nobles, Malina fue la primera de ellos y le entrego un paquete de tela negra, una capa ligera al parecer, pero extrañamente pesada y rectangular, Evan penso que tal vez tendria dentro un libro, dada la aficion de esa chica, luego llego su tio Matt quien le dio una nueva tiara de principe, un regalo para el futuro primer hijo que siempre era dado por un miembro de la casa del rey, Evan la coloco en el baul junto al libro y le dio las gracias
                - Me alegro de que estes bien muchacho- le dijo en voz baja para que nadie mas los oyera, luego en voz alta agrego- Para tu heredero, mi señor
                El regalo de Florian fue… una redecilla para el cabello y aceites para hacerlo brillar, pero Dalber de Isenda le di algo mas practico, un paquete de cuchillos engastados en oro y adornados con zafiros
                - Azul y oro para la realeza, mi señor de los sueños dorados
                Luego vino Marion de Isolda y Samuel de Tristan, la escultural Anaissa le entrego un baston de ebano adornado con oro y esmeraldas, cuando se acerco para hacerle el saludo dijo
- Para mi señor- y luego en voz baja agrego- y si deseas algo mas de mi solo pidelo- al tiempo que se inclinaba ante el, enseñando descaradamente su busto y lamiendose los labios, la mujer se retiro contoneandose para dejar paso a las otras casas, seguidas de los representantes de las iglesias, Doneto le entrego un collar con los simbolos de los dioses grabados mientras que Morel le dio uno con un aro hecho de oro y dos barras de hierro cruzadas
- Que su fe sea fuerte y sus acciones nobles nuevo señor de Valiana- Evan se eintio tentado a pensar que ese era el mejor comentario que le habian dicho ese dia, con lo que en adelante todo seria mas aburrido, pero aun tenia que aceptar los regalos de los embajadores fronterizos y toda la larga, larga comitiva de sirvientes menores asegurandole su lealtad dentro del castillo

Mientras esperaba al siguiente embajador un fuerte viento levanto el borde de su manto y el aire se colo dentro de sus ropas aun humedas, el frio era intenso, parecia clavarse dentro de su carne y llegar hasta los huesos, pero la sangre le hervia y palpitaba en las sienes, Feraldez recogio uno de los trapos y lo humedecio para colocarlo en su frente, unos pasos lo hicieron voltear, se trataba de Robert
                - ¿Encontraste esas hierbas?- pregunto el soldado
                - Solo algunas- respondio preocupado- me temo que no podremos curarlo con esto, necesitamos ayuda o morira
- Lo que faltaba, primero se da la gran vida, luego vacia las arcas para engullir lo que sea ¡y ahora se muere en medio de la nada!
                El mago lo gopleo con la rama que habia cortado en su excursion por hierbas, la fuerza del golpe lo derribo y le hizo sospechar al soldado que habia usado magia para fortalecerse
                - ¡Guarda respeto hacia tu rey, soldado mal hablado! ¡nuestro trabajo es servirle, no juzgarle!
                Feraldez se recupero del golpe y se uso en pie encarandolo, casi al instante se dio cuenta del hilo de sangre que le salia de la boca
- No mago, ese es tu trabajo, el mio es protegerlo ¡no morir por su estupidez!
                - Estas vivo soldado, no has muerto
                - Y no lo hare
                - Lo siento- dijo Evan- siento que todo este asi de mal- Robert corrio a arrodillarse junto al rey y le paso las manos por el rostro para examinar su temperatura, despues le coloco los dedos en la garganta para checarle el pulso- no queria que pasara ¡Bost!- Evan se incorporo extendiendo una mano como si quisiera alcanzar a su jefe de guardias- ¡corre Bost! ¡no dejes que te mate!
                Feraldez se acerco a ambos, conmovido por las lagrimas que el muchacho soltaba entre sueños
                - Aun no es un hombre
                - Claro que no ¿ves ahora porque debes protegerlo?
                - Creo que lo entiendo
                -No ¡no lo entiendes soldado estupido! –grito Evan mientras le arrojaba la copa a sus pies, el hombre retrocedio un paso en forma instintiva y bajo los ojos avergonzado- ordene que me trajeran lo mejor entre lo mejor ¡no un monton de uvas rancias!
                - L-lo siento mi señor
                Al ver que su rey no respondia el soldado se quedo quieto, esperando la siguiente instrucción, Evan saco un pergamino y se lo arrojó
                - Esto es lo que quiero soldado, esto y nada menos- el hombre examino la lista con preocupacion, para conseguir esas cosas tendrian que viajar durante varios meses- quiero que me lo traigas todo en un mes
-¡Pero mi señor! – protesto el hombre sin hacer caso al protocolo, su estupefaccion era demasiada- Conseguir esas cosas tomara meses ¡nadie pude traerlo todo en uno solo!
                - Te he dado una orden soldado- le replico con arrogancia mientras se levantaba del trono, el hombre rettrocedio intimidado- si no estas aquí antes de la nueva luna tu famlia pagara el precio de tu desobediencia, le arrojo un objeto metalico a la cara- este es el sello de comercio, usalo y toma lo que necesites ¡revienta todos mis caballos pero regresa a tiempo! ¡gasta todo mi oro pero quiero todo eso! ¡ahora sal y no regreses sin cumplir mis ordenes!
                El hombre se fue corriendo y estuvo a punto de tropezar, la amenaza habia sido clara y haria cualquier cosa con tal de ver a su familia de nuevo, Bost observaba todo pensativo y al fin se decidio a hablar
                - Tal vez no debio hacer eso señor
                - Deberias ser mucho mas especifico Bost – le replico sarcasicamente medio recostado, medio hundido en su trono¿cuál de todas mis estupidas ordenes no te ha gustado?
                - Creo que no debio darle el sello de potestad a ese hombre de forma tan despreocupada
                La ventaja de hablar con su jefe de guardias recaia en el hecho de que habia servido a su padre y lo habia visto crecer, no tenia interes en adularlo y pasaba por alto su actitud para ir sobre los hechos, debido a esa confianza Evan solia recobrar la compostura cuando estaban en privado… al menos la mayor parte de las veces
                - ¿No escuchaste mi clausula especial Bost? Ese tipo regresara dentro de un mes aunque sea solo para evitar que envie a mis hombres a matar a sus hijos
                - Si mi señor, pero es un soldado, no un comerciante, le faltan los contactos para conseguir lo que ha pedido
                - Volvera Bost, volvera
                - ¿Y que pasa si no lo hace mi señor? Ese sello le da poder sobre las propiedades en el castillo y en el reino ¿qua pasa si huye con el?
                - Volvera, sin duda volvera
                - Pero ¿y si no lo hace?
                - ¡Deja de preguntarte eso! –estallo Evan, irritado por la impertinencia de Bost, irritado por tener que estar en un trono para el que no estaba preparado, irritado por no saber que hacer- ¡si no regresa matare a su familia y colgare sus cabezas en las murallas para que se entere! ¡si no regresa perdera a las personas que quiere y vivira teniendo un poder demasiado grande para el! ¡eso es lo que pasara!
                Bost habia conocido bastante sobre reyes para saber cuando callarse asi que hizo una reverencia y regreso a su puesto, de mala gana Evan recogio una de las botas de vino que habia llevado el sujeto y comenzo a beber, no estaba tan mal… quizas no debio haber sido tan duro… solo quizas
 Volvio a tomar otro trago, poco a poco el vino perdia sabor, se hacia mas delgado y al final no sabia a nada, pero aun asi resultaba refrescante, abrio la boca y el agua entro de golpe, Robert se sorprendio al ver que comenzaba a beber por propia voluntad, pero el cuenco estaba demasiado inclinado y entro demasiada agua, atragantandose, Evan tosio una y otra vez hasta que al fin se le paso y pudo recostarse en un tronco cercano, habia mejorado, pero estaba lejos de sanar
                - ¿Qué crees que tenga, Robert?
                - Alguna clase de fiebre de la Grieta, no se me ocurre otra cosa
                - ¿Entonces no sabes si va a mejorar?
                - No lo se- respondio desanimado- podria pasarle cualquier cosa pero no apostaria por su recuperacion
                - He oido cosas sobre los magos- empezo Feraldez, procurando no ser demasiado inquisitivo, los magos podian ser muy quisqullosos con sus secretos- he oido que pueden revisar el cuerpo de un hombre del mismo modo en que leen un libro ¿es eso cierto?
                - Eso que has dicho es en efecto, algo que podemos hacer, o mejor dicho, algo que algunos de nosotros pueden hacer, pero solo para encontrar cosas que ya conocemos, y por desgracia Pover era el unico entre nosotros capaz de encontrar una nueva enfermedad, yo solo podria decirte que esta mal, pero no se que hacer con eso
                Evan habia vuelto a dormir, ahora mas tranquilamente, mientras lo veia ahí, tan indefenso y desprotegido a Feraldez se le ocurrio otra pregunta
                - ¿Qué pasara si no sobrevive?
                - Habra guerra por la sucesion
                - ¿Y que nos pasara a nosotros?
                - Los aspirantes al trono nos mataran para evitar cualquier mensaje postumo del rey
                - Y yo creia que la Grieta era despiadada
                - La Grieta es el mayor desafio de nuestra nacion, cuando regrese de ella el pueblo me aclamara como a un rey de verdad- le dijo Evan a sus consejeros quienes trataban de disuadirlo de esa loca expedicion, sin embargo algunos estaban por ceder bajo la insistencia del rey, o simplemente para que los dejara en paz por un tiempo- no deberian preocuparse tanto, despues de todo llevare a mi guardia personal, la mejor de todas en el reino, y cuento con los tres magos reales
                - Aun asi mi señor -intervino Bost- creo que deberia llevar al menos el doble de soldados, uno nunca esta seguro de nada en la Grieta
- ¿Es que dudas de tus propias capacidades Bost? –por una vez Evan estaba satisfecho de que otro estuviera inseguro- despues de tanto tiempo al servicio de la familia real deberias ser capaz de protegerme de cualquier cosa ¿o deberia elegir a otro capitan de la guardia?
                - No, no es necesario su majestad- tal vez el rey no se diera cuenta, pero una declaracion como esa podia costarle el cuello, Bost tenia que terminar la discusion cuanto antes asi que como tantas otras veces simplemente bajo la cabeza- hare lo que me mande, mi señor
                - Su capitan esta de acuerdo- intervino Henmel, uno de sus consejeros y el que mas se oponia al proyecto- pero eso no significa que sea lo adecuado, despues de todo es un soldado, no un economista
                - ¿Qué quieres decir Henmel? ¿qué excusa tienes ahora para retrasar mi partida?
                - Ninguna excusa mi señor, pero los informes dicen que los grajeros de la Rivera Drasik tienen problemas para vender sus productos, que las minas del sur por el contrario necesitan alimentos, que las caravanas estan siendo asaltadas continuamente en las Dunas Boscosas, que hay problemas de sucesion en la casa Karls, que los gremios de todo el pais tienen problemas de comercio y organizacion y muchas otras cuestiones que requeren su atencion inmediata, no es prudente lanzar una expedicion en estos momentos
                - ¿Y cuando sera el momento Henmel? ¿Cuándo nadie en este reino crea en mi y se decidan a atacarme para tomar mi corona? ¡No, eso nunca pasara! ¡Regresare de la Grieta como un heroe y entonces nadie se atrevera a oponerse a mi!
                - El rey tiene razon Henmel- intervino otro de los consejeros, conocido por su astucia y sensatez- lo que el pueblo necesita en estos tiempos de crisis es la confianza de que su rey es fuerte y poderoso, si anuncia ahora que no ira todos creeran que es debil y habra aun mas problemas nacidos en la desconfianza y la desilusión, tan solo en este castillo muchos ya dicen que contaran a sus nietos como servian al rey Evan Cazador de dragones
                - Por fin un comentario sensato, deberias ser como Siant y apoyar a tu rey de vez en cuando- le dijo Evan, complacido por tener al fin a alguien de su lado- ¿alguno tiene algo mas que decir?- los otros dos consejeros se miraron indecisos, Henmel tenia mucha razon pero Siant habia puesto las cosas de un modo dificil de rebatir, ambos negaron con la cabeza- entonces esta decidido ¡dentro de un mes yo,
Evan de Doser dirigire una expedicion a la grieta y cazare a un dragon!
                Sin escuchar nada mas el joven rey salio del salon mientras todos ahí rumiaban las consecuencias de lo que habian hecho, por un momento Evan sintio nuevamente la duda ¿seria eso lo adecuado? Tal vez no ¿pero que mas podia hacer? Los problemas habian crecido bajo sus ojos y necesitaba hacer algo grande, algo que le diera un poder distinto a la corona, un poder obtenido por su cuenta y no heredado, un poder que nadie pudiera tachar de ilegitimo, debia hacerlo a cualquier precio, pero ¿aun si eso le costaba a sus hombres? ¿aun si eso le costaba la vida de Bost, su mas leal sirviente? ¡no! ¡aun estaba a tiempo! ¡Aun podia hacer algo!
                No, no podia, lo supo al abrir los ojos y encontrarse en medio de la nada, recostado en un arbol y envuelto con trozos de capas, lo habia hecho ¡lo habia hecho! ¡los habia matado a todos! Sin hacer ruido miro a las lunas y se puso a llorar

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